TL;DR
- Trump y Musk acusan a Reuters de beneficiarse de un contrato del Pentágono.
- El contrato fue otorgado a una filial independiente de Thomson Reuters.
- Steve Rubley, CEO de TRSS, aclara la relación con el departamento de Defensa.
- Trump amplía sus ataques a otros medios como Politico y The New York Times.
El ataque de Trump y Musk contra Reuters
El presidente estadounidense Donald Trump y el multimillonario de la tecnología Elon Musk lanzaron ataques contra Reuters por un contrato de nueve millones de dólares del departamento de Defensa. Sin embargo, la realidad es más compleja de lo que parece.
El contrato en cuestión
El contrato fue otorgado a Thomson Reuters Special Services (TRSS), una filial independiente del grupo Thomson Reuters que opera aparte de la agencia de noticias. Steve Rubley, director ejecutivo de TRSS, aclaró que la empresa es una entidad jurídica estadounidense aparte, regida por una junta directiva independiente.
La respuesta de TRSS
Rubley explicó que los programas han proporcionado software e información a las agencias federales de Estados Unidos en sucesivas administraciones por décadas, ayudando a la identificación y prevención de fraudes, apoyando la seguridad pública y promoviendo justicia.
Los ataques de Trump a otros medios
Trump no se detuvo en Reuters. También afirmó falsamente que la agencia estadounidense de asistencia al desarrollo (Usaid) canalizó ocho millones de dólares a Politico. Además, el Departamento de eficiencia gubernamental (DOGE), dirigido por Musk, sostiene que el gobierno gastó 60 millones de dólares en suscripciones a The New York Times y la agencia Associated Press (AP).
Las consecuencias para los medios
La administración Trump ha ido más allá al vetar a reporteros de AP de los despachos de prensa en la oficina Oval de la Casa Blanca. También ordenó a ocho grandes medios desocupar sus oficinas en el Pentágono, incluyendo a The New York Times y CNN, para dar paso a medios conservadores como New York Post o Breitbart.
En resumen, lo que comenzó como un ataque a Reuters por un contrato del Pentágono, se ha convertido en una batalla más amplia contra los medios de comunicación. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde llegará esta guerra entre el gobierno y la prensa?
