SEAT bajo presión: ¿la tarifa que ahoga la producción?
Desde octubre pasado, Seat, la reconocida filial española de Volkswagen, enfrenta un desafío monumental: un arancel adicional de 20.7% sobre los vehículos eléctricos fabricados en China, añadido al ya existente 10%. Esta carga fiscal amenaza con llevarse por delante no solo la producción, sino también alrededor de 1,500 empleos, si la Unión Europea no flexibiliza su política.
El impacto en la economía de SEAT
Wayne Griffiths, consejero delegado de SEAT, ha declarado en una entrevista con Reuters que este gravamen absurdamente alto sobre el Cupra Tavascan —vehículo ensamblado en la planta de VW en Anhui, China—, ha resultado en la pérdida de objetivos financieros de la empresa el año pasado. Además, se espera que le cueste cientos de millones de euros en 2025 si no se llega a una pronta solución.
Griffiths señaló la urgencia de resolver el problema para finales del primer trimestre, ya que el destino de la marca y, por ende, de sus trabajadores, depende vitalmente de ello.
¿Un callejón sin salida?
Griffiths fue claro: «No tenemos mucho tiempo. Tenemos que llegar a una solución en el primer trimestre». Una opción que barajan es eliminar el Cupra Tavascan de su oferta si no se recorta el arancel, lo cual sería un golpe doloroso para la marca.
El reclamo al más alto nivel
No solo SEAT, sino múltiples ejecutivos de la industria automotriz europea han expresado su descontento. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha instado personalmente a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a reconsiderar estas tarifas para prevenir un golpe devastador al empleo nacional.
Una larga batalla legal
Diferentes fabricantes, incluidos gigantes como Tesla y BMW, han impulsado acciones legales contra los aranceles adicionales, sabiendo que el proceso puede extenderse hasta por 18 meses o más. Aun así, SEAT, sin descartar medidas similares, insiste en la necesidad de una solución rápida, ya que sus finanzas no pueden esperar.
En palabras de Griffiths, «Cupra es lo que nos ha hecho rentables como empresa. Si Cupra está en peligro, SEAT está en peligro».
SEAT se enfrenta así a una encrucijada: continuar luchando contra un sistema adverso o enfrentarse a la cruda realidad de una reducción masiva de su plantilla y producción.
