Los médicos se plantan con firmeza
En un acto de dignidad y resistencia, los médicos jubilados del Hospital Regional de Alta Especialidad Ignacio Morones Prieto (anteriormente conocido como Hospital Central) han decidido que ya es suficiente de promesas vacías. Tras meses de espera infructuosa, han anunciado su movilización este miércoles, en una lucha que debe ser vista no solo como una demanda justa, sino como un grito de auxilio desde la comunidad médica.
Pensiones en el limbo
Desde enero, los ingresos de estos ex trabajadores de la salud han estado en el aire, suspendidos por el Gobierno del Estado. Este colectivo, que dedicó más de 30 años al servicio del nosocomio, se encuentra ahora en una situación precaria, mientras el Ejecutivo estatal parece hacer oídos sordos ante un problema humano de tal magnitud. No es un reclamo de dádivas, señalan, sino una exigencia legítima: recuperar el fruto de una vida de trabajo.
Redes sociales al rescate
Como era de esperarse, las redes sociales se han convertido en el campo de batalla alternativo. Diversas campañas han emergido para visibilizar la situación crítica, destacando historias personales de médicos y personal de enfermería que han dado todo por el sistema de salud y ahora ven comprometido su bienestar económico sin los ingresos prometidos.
Un llamado insensible
La falta de acción y empatía por parte del Gobierno del Estado ha sido marcada por los médicos jubilados como un acto de insensibilidad. «Se trata de devolver el producto de nuestro trabajo», dicen con razón, mientras continúan presionando para obtener respuestas concretas y, más importante aún, acciones tangibles que garanticen sus pensiones y una vida digna.
¿Qué sigue?
La movilización de este miércoles es una llamada de atención no solo para los burócratas que manejan los hilos del poder, sino también para la sociedad que aún cree en un sistema justo. Los jubilados del sector salud esperan que sus voz se escuche fuerte y clara, y que sus reivindicaciones sean atendidas.
Tal como una vela encendida al final del túnel, este movimiento no parece detenerse hasta que se haga justicia. La comunidad médica está unida, y su lucha por la dignidad continúa.