TL;DR
- Telefónica abandona México, Chile y Venezuela tras 24 años de operaciones
- La empresa llegó a tener 23 millones de clientes y fue segundo operador detrás de Telcel
- Su salida responde a una estrategia de 2019 de concentrarse en mercados europeos
- El anuncio llega pese a que reportó crecimiento de 2.7% en ingresos en el tercer trimestre
La promesa rota de la competencia
No mames, ¿24 años para esto? Telefónica, la empresa española que llegó a México con la promesa de ser «el segundo mercado del grupo en el mundo», ahora empaca maletas y se va con la cola entre las patas. Según Elpais, Marc Murtra, presidente de la compañía, confirmó este martes la desinversión de toda Hispanoamérica, incluyendo México donde llegó a tener 23 millones de clientes.
Lo irónico es que justo cuando anuncian la salida, reportan números que no están tan culeros. La Jornada documenta que en el tercer trimestre de 2025 tuvieron un crecimiento de 2.7% en ingresos de servicio, con 129 mil nuevos clientes en los primeros nueve meses del año. ¿Entonces por qué se van si les está yendo bien? Ahí está el detalle.
El plan que nadie se creyó
Murtra insiste que esto responde a una estrategia que se tomó en 2019 y que el Plan Transform & Grow refrenda ahora. Según Elnorte, la firma solo mantendrá operaciones en España, Alemania, Reino Unido y Brasil. O sea, se van de todo Hispanoamérica menos del gigante sudamericano.
Pero aquí hay un chiste mal contado. En 2001, cuando llegaron comprando operadoras locales, empezaron con 1.2 millones de clientes y prometieron el oro y el moro. «México puede ser el segundo mercado del grupo Telefónica Móviles en el mundo», decían los directivos de entonces. Y sí, lo lograron: se convirtieron en el segundo operador móvil, solo detrás de Telcel, con más de 26 millones de clientes en su mejor momento.
La realidad que les pegó en la cara
El problema es que la competencia en México no es cualquier cosa. Elpais señala que durante su paso por México, la empresa se quejó en reiteradas ocasiones de la concentración en el sector pese a la reforma de telecomunicaciones de 2013. Además, padeció varios reveses tarifarios, multas y el alza de costos por el uso del espectro.
Ernesto Piedras, director de The CIU, lo pone claro: «Ellos entraron aquí a consolidar muchas redes regionales a principios del milenio, llegaron a más de 24 millones de clientes, han sido exitosos, pero creo que tuvieron estos cambios regulatorios que les fueron desfavorables, que vinieron a truncar su modelo de negocio».
La transformación que nadie vio venir
En 2019, la firma llegó a un acuerdo con AT&T para usar su red móvil en la última milla inalámbrica. Esta decisión, según Elpais, supuso un punto de inflexión para la filial mexicana que se convirtió en un operador móvil virtual (OMV). O sea, dejaron de ser competencia directa para convertirse en lo que tanto criticaban.
Y mientras tanto, La Jornada reporta que Camilo Aya, presidente de Telefónica Movistar México, sale con que «reafirmamos nuestro compromiso con México». ¿Qué compromiso, carnal, si ya se están yendo? Eso suena a esas despedidas donde todos dicen «nos vemos pronto» sabiendo que no será así.
Lo que realmente se lleva Movistar
La salida deja varias preguntas incómodas. ¿Qué pasará con esos 23 millones de clientes? ¿Quién los comprará? ¿Y los empleados? Elpais menciona que aún falta por conocer los detalles de retirada y el postor o postores a los que venderán su base de clientes.
Lo que sí queda claro es que Telefónica se va dejando atrás una historia marcada por ambiciosos planes de expansión, reveses regulatorios y atractivas tarifas de prepago que en su momento le ganaron mercado. Pero al final, la promesa de competencia real en telecomunicaciones se queda otra vez en el aire.
Y mientras tanto, los usuarios nos quedamos con la misma pregunta de siempre: ¿de verdad hay competencia en México o solo estamos cambiando de marca mientras los mismos de siempre siguen mandando?


