TL;DR
- El 90% de usuarios usa ChatGPT como buscador, cuando no está diseñado para eso
- Las IA «alucinan» y se inventan información constantemente
- La clave está en tratarla como colaborador, no como becario
- El verdadero valor está en la interacción creativa, no en respuestas rápidas
No es Google, cabrones
Millones de personas están cometiendo el mismo error con ChatGPT: lo usan como si fuera Google. Y según Elconfidencial, el experto en IA Jon Hernández lo tiene claro: «La gente está utilizando ChatGPT en su mayor parte para buscar conocimiento, como si fuese Google, y ese es el mayor error».
Las alucinaciones no son de fiesta
Aquí está el problema de raíz: las IA «alucinan y a veces se inventan cosas». No es que sean mentirosas por naturaleza, es que su funcionamiento no está diseñado para ser una enciclopedia perfecta. Cuando le preguntas a ChatGPT sobre un dato específico, estás jugando a la ruleta rusa informativa. Podría darte la respuesta correcta, una aproximada o inventarse algo que suene convincente.
Del becario al cofundador
Hernández propone un cambio radical de mentalidad: dejar de tratar a la IA como «un mono atado en la mesa» y empezar a verla como «un coworker que está contigo mano a mano». La diferencia es abismal. Un becario sigue órdenes, un colaborador aporta ideas. «Mucha gente lo compara con tener un becario a tu servicio. Un becario es alguien al que le das órdenes. Esto es que de repente tienes un co-founder», explica.
La magia está en la interacción
El verdadero valor, según el experto, no está en las respuestas rápidas sino en «esa interacción, que crees una relación con la inteligencia artificial». Suena a ciencia ficción, pero tiene sentido: cuando dejas de pedirle datos y empiezas a conversar, a hacer brainstorming, a validar ideas juntos, es cuando la herramienta muestra su potencial real.
Flujos de trabajo, no tareas sueltas
La clave está en integrar la IA en procesos completos, no en pedirle cosas aisladas. «No se trata de delegarle tareas, se trata de crear flujos de trabajo en los que consigas que la IA forme parte del día a día», señala Hernández. Es la diferencia entre tener un martillo y construir una casa: la herramienta sola no sirve de nada sin un plan integral.
¿Y ahora qué hacemos?
Si estás usando ChatGPT principalmente para buscar información, estás desperdiciando el 90% de su potencial. La próxima vez, en lugar de preguntarle «cuándo se fundó Microsoft», pídele que te ayude a estructurar una presentación sobre la evolución de las empresas tecnológicas. O que critique tu idea de negocio. O que sugiera alternativas a un problema que tienes. El cambio es de consumidor a creador, y ahí está la verdadera revolución.


