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miércoles, marzo 12, 2025

AFORE, Infonavit y el atraco del siglo: Cuando el gobierno juega con tu dinero.

¿Qué pasa cuando el gobierno decide que tu dinero es su dinero? Spoiler: nada bueno. Aquí te explicamos por qué esta reforma es como dejar a Thanos con el control de tus ahorros.

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Roy Escalante
Roy Escalantehttp://royescalante.com
Roy Escalante es un experto en Marketing Político e Ingeniería Social con Inteligencia Artificial. Tiene una amplia experiencia en campañas electorales por todo México y Latinoamerica, además de ser responsable de la transformación digital de decenas de empresas.

TL;DR:

  • La reforma permite al gobierno usar el dinero de tu AFORE e Infonavit para proyectos inmobiliarios.
  • Si el negocio fracasa, adiós a tus ahorros.
  • El gobierno no arriesga su dinero, arriesga el tuyo.
  • Casos como Dos Bocas muestran que no son buenos para manejar presupuestos.

Contenido:

Imagina esto: estás en tu casa, viendo Netflix, disfrutando de tu vida, cuando de repente alguien llama a la puerta. Abres y es el gobierno. No viene a cobrarte impuestos (esta vez no), viene a pedirte tu cuenta de banco. No para revisarla, no para «protegerte», sino para usarla. ¿Suena absurdo? Pues bienvenido a la reforma que quiere hacer con tu AFORE e Infonavit lo que Thanos hizo con el universo: tomar el control sin preguntar.

En México, millones de personas tienen una AFORE. Es ese lugar donde, mes tras mes, depositas una parte de tu sueldo con la esperanza de que, cuando te jubiles, no tengas que vivir de puro pozole instantáneo. Pero ahora, el gobierno quiere jugar al Monopoly con tu dinero. Sí, ese dinero que está en tu subcuenta de vivienda (esa que ves en tu estado de cuenta y piensas: «algún día compraré mi casita») podría ser usado para construir viviendas. ¿Suena bonito, no? Hasta que te das cuenta de que el gobierno no es precisamente el mejor administrador.

¿Recuerdas Dos Bocas? Esa refinería que prometía ser la salvación energética de México y terminó costando el triple de lo presupuestado. Pues bien, el mismo genio detrás de ese desastre ahora quiere manejar tus ahorros. ¿Confiarías tu dinero a alguien que no puede seguir un presupuesto? Exacto.

La reforma no solo permite al gobierno tomar tu dinero, sino que también lo transfiere a una empresa filial que no rinde cuentas a nadie. Es como si le prestaras tu tarjeta de crédito a un desconocido y te dijera: «no te preocupes, yo sé lo que hago». Spoiler: no lo sabe.

Y aquí está el problema: si el negocio inmobiliario fracasa, tu dinero se esfuma. No hay reembolsos, no hay segundos chances. Adiós a tu casita, adiós a tu jubilación tranquila. Lo único que te quedará será un «lo siento, salió mal» y un lugar en la fila del Infonavit para pedir un crédito que nunca llegará.

Pero no todo está perdido. Hay una solución simple: que el gobierno facilite terrenos, permisos y trámites, y deje que los empresarios arriesguen su dinero, no el tuyo. Así, si el proyecto fracasa, al menos no serás tú quien pague los platos rotos.

En resumen (aunque odio las conclusiones predecibles), esta reforma es como dejar a Homer Simpson a cargo de la planta nuclear: puede que tenga buenas intenciones, pero el desastre está garantizado. Y mientras el gobierno juega con tu dinero, tú te quedas viendo cómo tus sueños de vivienda y jubilación se esfuman como el humo de una parrillada mal cuidada.

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