TL;DR
- El cierre duró 40 días, el más largo en la historia moderna de EU
- Ocho senadores demócratas rompieron la disciplina de partido para aprobar el acuerdo
- El pacto solo extiende el presupuesto hasta enero, no resuelve los problemas de fondo
- Más de 2,700 vuelos cancelados y 42 millones afectados en asistencia alimentaria
El récord que nadie quería batir
40 días. Ese es el número que quedará grabado en la historia política estadounidense como el cierre gubernamental más largo en tiempos modernos. Y lo peor: nadie puede decir que fue por una causa noble. Según El Universal, el Senado finalmente consiguió los 60 votos necesarios para avanzar hacia un compromiso que permita pagar a los funcionarios y reabrir las agencias federales. Pero el camino estuvo lleno de contradicciones: ocho senadores demócratas tuvieron que romper con la disciplina de su partido para lograrlo. ¿La razón? Un estancamiento de seis semanas que dejó a cientos de miles trabajando sin paga y paralizó servicios esenciales.
Los tres que movieron el tablero
En Washington, a veces los héroes llegan disfrazados de exgobernadores. Las senadoras Jeanne Shaheen y Maggie Hassan de New Hampshire, junto con el senador independiente Angus King de Maine, fueron quienes finalmente rompieron el estancamiento. Su acuerdo: votar a favor de tres proyectos de ley bipartidistas de gastos anuales y prorrogar el resto de la financiación del Gobierno hasta finales de enero. A cambio, obtuvieron una promesa de votación a mediados de diciembre sobre la prórroga de los créditos fiscales para la asistencia sanitaria. La Jornada documenta que el pacto también incluye revertir los despidos masivos de trabajadores federales y garantizar que reciban salarios atrasados. Pero aquí está el detalle: el líder demócrata Chuck Schumer votó en contra. Sí, el mismo que supuestamente lidera la oposición.
Lo que realmente ganaron (y perdieron) los demócratas
El acuerdo es un parche, no una solución. Según The New York Times, el gobierno de Trump congeló 26 mil millones de dólares para estados gobernados por demócratas durante este cierre. Los demócratas obtuvieron una promesa de votación futura sobre subsidios de salud, pero perdieron la batalla inmediata. Schumer lo admitió sin tapujos: «Esta lucha va y debe continuar». La realidad es que aceptaron extender el presupuesto solo hasta el 30 de enero, lo que significa que en menos de tres meses podríamos estar en la misma situación. ¿Estrategia o rendición?
El costo humano del juego político
Mientras los senadores negociaban, la vida real seguía su curso. La Jornada reporta cifras escalofriantes: más de 2,700 vuelos cancelados y 10,000 con retrasos solo el domingo. La Administración Federal de Aviación tuvo que pedir a las aerolíneas que redujeran gradualmente sus vuelos porque los controladores aéreos trabajaban sin paga. Y el secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que con el Día de Acción de Gracias a la vuelta de la esquina, la situación podría empeorar. Pero eso no es todo: el programa de asistencia alimentaria para 42 millones de estadounidenses -uno de cada ocho- estaba suspendido. ¿Cuántas familias pasaron hambre por este juego político?
Trump: el espectador que se convirtió en excusa
Lo más curioso de todo es que Trump, según La Jornada, llegó a la Casa Blanca después de un fin de semana en Mar-a-Lago y declaró: «Parece que estamos cerca de terminar con el cierre». El mismo presidente cuyo partido controla el Senado y cuya administración despidió a miles de trabajadores federales durante el cierre. Más revelador aún: Trump mencionó el estancamiento presupuestario como una de las razones de las derrotas electorales republicanas del 4 de noviembre. ¿Será que finalmente entendió que los cierres gubernamentales le cuestan votos?
Lo que viene: la calma antes de la próxima tormenta
El acuerdo no garantiza que se prorroguen los subsidios de la Ley de Asistencia Asequible, como habían exigido los demócratas durante casi seis semanas. El Universal señala que la aprobación definitiva podría tardar varios días si los demócratas se oponen y retrasan el proceso. Y la Cámara de Representantes todavía tiene que volver a reunirse y aprobar lo acordado en el Senado. Los demócratas de la Cámara ya criticaron rápidamente al Senado. Lo único seguro es que este no es el final, sino el intermedio de una batalla que se reiniciará en enero. Y mientras tanto, los trabajadores federales seguirán preguntándose cuándo volverán a recibir su sueldo completo.


